ANÁLISIS
DEL DECAMERÓN ( déka
'diez' y hēméra 'días')
1.
1. BOCCACCIO Y SU ÉPOCA
Giovanni Boccaccio nació en de 1313. Pudo
haber nacido en Florencia, en Certaldo o, incluso, según algunas fuentes, en
París, lugar al que su padre debía desplazarse a menudo por razón de su
trabajo. Se sabe que su infancia transcurrió en Florencia hasta 1325 o 1327. En
1331 conoció a una dama napolitana de la que se enamoró apasionadamente a la
que inmortalizó con el nombre de Fiammetta («Llamita») y a la que cortejó sin
descanso con canciones y sonetos. Bajo su influencia escribió Boccaccio sus
novelas y poemas juveniles. Se sabe que fue Fiammetta la que puso fin a la
relación entre los dos, y que la ruptura le causó a Boccaccio un hondo dolor. En
diciembre de 1340, después de al menos trece años en Nápoles, tuvo que regresar
a Florencia a causa de un grave revés financiero sufrido por su padre. Entre
1346 y 1348 vivió en Rávena. En 1348 regresó a Florencia, donde fue testigo de
la peste que describe en el Decamerón. En 1351 le fue confiado el encargo de
desplazarse a Padua, donde vivía Petrarca, a quien había conocido el año
anterior, para invitarlo a instalarse en Florencia como profesor. Entre ambos
escritores nació una sincera amistad que se prolongaría hasta la muerte de
Petrarca, en 1374.
En el último período de su vida recibió
del ayuntamiento de Florencia el encargo de realizar una lectura pública de La Divina
Comedia de Dante, que no pudo concluir a causa de la enfermedad que le causó la
muerte el 21 de diciembre de 1375. La obra de Boccaccio se enmarca en la transición
entre la Edad Media y el Renacimiento. Aunque sus escritos aún poseen rasgos
medievales, el autor del Decamerón inaugura, junto con Dante y Petrarca, el
Renacimiento para la literatura europea. Durante los siglos XIV y XV (y para
ciertos factores ya desde el XIII), la sociedad medieval va experimentando
cambios en todos sus órdenes: estos cambios, graduales y paulatinos, la van
llevando progresivamente hacia el Renacimiento.
Florencia será el centro de esos cambios,
tomando el testigo de Provenza. En estos siglos Florencia se convierte en une
república independiente, en la que la burguesía comercial y los grandes gremios
sustituyen a las viejas familias aristocráticas en el gobierno de la ciudad y
extienden su influencia a toda Europa. Se trata de un periodo de enorme riqueza
artística y literaria, cuyos representantes principales son Dante, Petrarca y
Boccaccio. Son pocos los datos fidedignos sobre la vida de Dante: su amor por
Beatriz, a la que conoció siendo niños, y su dedicación a la política, que lo
condujo al destierro del que nunca regresó y en el que encontró la muerte en
Rávena, en 1321. Su obra más importante, una de las obras fundamentales de la
literatura occidental de todos los tiempos, es la Divina Comedia. Es una obra
extensa, articulada en torno al número tres, como imagen de la Santísima
Trinidad. Está compuesta por tres partes, cada una de ellas formada por
treintaitrés cantos, salvo la primera, que tiene uno más que sirve como
introducción. Narra Dante su viaje por las tres regiones de ultratumba de la religión
cristiana: el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso.
Al
contrario que Dante, de la vida de Petrarca existen abundantes datos:
intelectual de prestigio, vinculado a diversas cortes italianas, tuvo, como
Dante, un gran amor, Laura, a la que dedica su Cancionero. Escribió indistintamente
en latín y en “lengua vulgar”. En italiano compuso su obra mayor, el
Cancionero, escrita durante más de cuarenta años. Dedicada a Laura, en ella
desarrolla Petrarca su concepción del amor, el petrarquismo, que tendrá una
enorme influencia en la literatura posterior: devoción a la amada, aceptación
del sufrimiento que ello supone, muerte de la amada, deseo de salvación a
través del amor… La obra está compuesta por 366 poemas, distribuidos en dos
secciones tituladas “In vita” e “In morte”, además de un soneto prólogo y una canción
final dedicada a la Virgen María. Junto a Boccaccio, Dante y Petrarca figuran
entre los precursores que anticipan en el siglo XIV una nueva concepción del
mundo centrada en el hombre y su creatividad. Los tres autores sentaron las
bases tanto del Humanismo como del Renacimiento.
1.2. EL DECAMERÓN Y LA OBRA LITERARIA DE BOCCACCIO
Como sus contemporáneos Dante y Petrarca,
Boccaccio es autor de obras en latín y en italiano. Entre sus obras latinas
destacan Genealogia deorum gentilium, una de las más completas recopilaciones
de leyendas de la mitología clásica. De casibus virorum illustrium ,una obra
con la que se intenta demostrar la caducidad de los bienes mundanos y la
arbitrariedad de la fortuna recurriendo a una serie de historias protagonizadas
por personajes de todas las épocas. Y De claris mulieribus, una serie de biografías
de mujeres ilustres. Sus obras en italiano son: el Filocolo, La caza de Diana,
el Filostrato o la Teseida. La más significativa es el Corbacho, un relato cuya
trama, tenue y artificiosa, no es más que un pretexto para un debate moral y
satírico. Tanto por su tono como por su finalidad, la obra se inscribe en la
tradición de la literatura misógina. La composición tiene su origen en un
enamoramiento poco exitoso de Boccaccio.
El Decamerón es un libro constituido por
cien cuentos, algunos de ellos novelas cortas, terminado por Giovanni Boccaccio
en 1351, alrededor de tres temas: el amor, la inteligencia humana y la fortuna.
El autor italiano emplea una técnica heredada de la tradición oriental: parte
de una historia y de un narrador principal (como Sheherezade en Las Mil y una
noches) que, a lo largo de varias jornadas, va engarzando las cien historias
que componen el texto. Para engarzar todas las historias, Boccaccio estableció un
marco de referencia narrativo: la obra se inicia con una descripción de la
peste bubónica, la epidemia que golpeó Florencia en 1348, argumento que da
ocasión a que un grupo de siete jóvenes mujeres y tres hombres, que huyen de la
plaga, se refugien en una villa en las afueras de Florencia. Para pasar el
tiempo, cuentan historias. Cada día, uno de los jóvenes es nombrado rey de los
demás, con el encargo de organizar las narraciones, así como de proponer un tema
sobre el que éstas han de versar. De este modo, cada miembro del grupo cuenta
una historia por cada una de las diez jornadas que pasan en la villa (de ahí
proviene el nombre en griego que da título al libro: déka 'diez' y hēméra
'días') hasta completar las cien narraciones.
El
Decamerón rompió con la tradición literaria y, por primera vez en la Edad
Media, Bocaccio presentó al hombre como artifice de su destino, más que como un
ser a merced de la gracia divina. Con esta obra, además, Boccaccio desarrolla
el tradicional cuento medieval añadiéndole una dote psicológica de la que
carecía, presentando al ser humano como lo que es: una persona con virtudes y
defectos, con sus penas y glorias. Boccaccio pretende dotar a su obra de una
cohesión interna de la que carecían las obras narrativas de su tiempo: se trata
de un paso más hacia la creación de la novela moderna. Lo que hoy entendemos
por novela es un texto de gran extensión con una estructura bien definida,
coherente, con sentido unitario, que desarrolla por lo general un argumento de
principio a fin. Este género, sin embargo, no aparecerá en la literatura europea
hasta el surgimiento del Lazarillo y el Quijote, mucho tiempo después.
Este libro no desarrolla un argumento
unitario y carece de la cohesión de una novela, pero Boccaccio, consciente de
las carencias de la narrativa de su tiempo, hace un esfuerzo por ir más allá de
la mera recopilación de cuentos e historias: las cien narraciones que componen
la obra cuentan con un hilo conductor, con unas características comunes y con
unos personajes y un ambiente que sí le dan cierta unidad.
1.3.
TEMAS DE LA OBRA
A
lo largo de la séptima jornada, el Decamerón narra las “las burlas que por amor
o para su propia salvación las mujeres han hecho a sus maridos”. Porque hay
algo que el Decameróon pone en juego y es la transformación de la donna gentile
ideal de Dante y Petrarca en la donna de carne y hueso equiparada al hombre.
Hombres y mujeres son iguales en lo que a valores se refiere y en su derecho a
acceder a los placeres del amor y la vida.
Boccaccio desarrolla el tema del amor bajo una
perspectiva exclusivamente humana: recuerda con agrado su antigua pasión
amorosa y la asume sin sentimiento de culpa. El modo en el amor se concibe
presenta rasgos propios de la época de transición en que la obra fue escrita:
está aún muy alejado del amor platónico y espiritual que será característico
del Renacimiento: en la mayoría de los casos se trata de un amor carnal, de una
recreación en los placeres sensuales que se repite en la mayoría de las
historias.
Este
tratamiento que el autor da a la mujer es un rasgo que lo diferencia de sus antecesores.
Ahora la mujer se equipara al hombre al tener acceso a los placeres de la vida,
el amor, la libertad y la aventura
Otros
temas importantes en la obra son:
La inteligencia humana. A tono con la
mentalidad burguesa que empieza a imponerse en Florencia, la inteligencia
aparece generalmente en forma de ingenio, de astucia, como un signo de
humanismo; el humanismo propugna la razón como la herramienta más
característica del ser humano y cifra en ella sus esperanzas: no son las creencias
ciegas y las supersticiones las que han de redimir al hombre de su mísera condición,
sino la lógica y la inteligencia, la capacidad de discernir lo bueno de lo
malo, de organizar el mundo, de racionalizar la vida. La Iglesia. Hacia finales
de la Edad Media se va gestando en Europa un movimiento de crítica y oposición
a los excesos cometidos por el clero. Este movimiento hallará más tarde su
máximo esplendor en el erasmismo y en la Reforma protestante La Fortuna. Es un
tema recurrente tanto en las letras medievales como en las obras clásicas,
aunque Boccaccio matiza su influencia con el valor del ingenio para hacer
frente a situaciones adversas
1.4.
ASPECTOS FORMALES Y ESTILÍSTICOS
La
compleja técnica narrativa del Decamerón se caracteriza por la interacción de
tres planos narrativos diferentes:
• El del autor, especialmente en el Proemio y
también las distintas introducciones y conclusiones: en este plano, Boccaccio
habla de sí mismo, dirigiéndose a las lectoras
• El de los jóvenes: su
encuentro, sus decisiones, sus aventuras… Se trata de un marco bien definido:
personajes, escenario, tiempo histórico.
• El de los propios cuentos,
cada uno de ellos con sus características propias.
Los dos primeros planos son narrados por el
narrador principal, pero desde funciones diferentes.
• En el primer plano, el narrador en primera
persona se identifica plenamente con el autor, y no tiene función narrativa, sino
expositiva o argumentativa: Boccaccio no “narra”, sino que reflexiona y expresa
su ideología, su visión del mundo y del valor de la propia literatura.
• En el segundo sí actúa
como narrador: se trata de una voz en tercera persona omnisciente.
En
el tercer plano, los cuentos, identificamos a cada narrador por la
introducción, es decir, sabemos cuál de los personajes está contando el cuento.
Sin embargo, en sentido estricto, este narrador no interviene como tal sino que
adopta el papel de tercera persona omnisciente. En este tercer plano los
jóvenes que escuchan los relatos cumplen la función de narradores.
En
cuanto a la técnica narrativa, los cuentos siguen el modelo tradicional:
linealidad, omnisciencia y desarrollo clásico en planteamiento. Nudo y
desenlace. La propia historia de los jóvenes sigue también este mismo modelo.
La aportación de Boccaccio –que no innovación: este sistema ya se emplea en Las
mil y una noches-, es utilizar una de las narraciones como marco narrativo de
la segunda, con el fin de dar cohesión al conjunto.
En
lo que se refiere al tratamiento del tiempo y los marcos escénicos, contrasta
la definición, unidad y concentración de la historia de los jóvenes con la
variedad de espacios, escenarios y tratamientos de los cuentos. Lo mismo ocurre
con los personajes. El realismo del Decamerón alcanza a los personajes y los
ambientes, además de, como ya se ha visto, al lenguaje popular. Por las páginas
del libro pululan frailes, mendigos, jóvenes y viejos, mujeres de dudosa moral
y toda suerte de individuos característicos de la sociedad del momento.
La
principal característica estilística del Decamerón es el contraste:
• Por una parte, se observa un estilo más
retórico, con periodos elegantes, oraciones amplias y a veces complicadas,
lenguaje propio de la prosa cortés con resonancias latinas. Este estilo es
propio del marco narrativo –la historia de los jóvenes- o el Proemio.
• Por otra, aparece un
lenguaje más crudo y realista, en la descripción de la peste o en los cuentos.
1.5.
ORIENTACIONES PARA EL COMENTARIO CRÍTICO
• Influencia de Boccaccio en la literatura
europea.
• Contraste entre
religiosidad medieval y humanismo renacentista (hacer uso de lo estudiado en
arte o filosofía).
• El tema del amor: comparar
con Shakespeare, Goethe y demás.
• La visión igualitaria de
la mujer en la obra. Hacer referencia a la modernidad que esto supone y
relacionarlo con la actualidad.
RESUMEN DE LA JORNADA VII
1. GIANNI LOTTERINGHI Y EL
FANTASMA (Emilia). El regreso inesperado de un marido arruina la velada que la
esposa tenía preparada para con su amante. Cuando éste se presenta y llama a la
puerta, la mujer convence al marido de que los golpes los provoca un fantasma
y, para conjurarlo, recita en voz alta lo que en realidad son las instrucciones
para que el astuto galán vaya al patio y se coma la cena que ella le tenía preparada.
2. LA VENTA DEL TONEL
(Filóstrato). Al ser sorprendida en casa por la llegada del marido cuando está
con su amante, la napolitana Peronella simula que el mozo es un comprador de
una gran tinaja que tienen. Siguiendo la corriente, el amante dice que la tinaja
no está lo suficientemente limpia y el marido se mete dentro a limpiarla. Y mientras
está frotando, el amante monta a Peronella, que lo celebra al tiempo que da instrucciones
al marido para que siga limpiando.
3. EL CONJURO DE LOS GUSANOS
(Elissa) Un fraile enamorado de una casada ahuyenta los últimos escrúpulos de
ésta por el hecho de ser padrino de su hijo, o sea, casi hermano de ella,
razonando que "si vuestro marido, que es más pariente de vuestro hijo que
yo, se acuesta con vos, yo que lo soy menos podré hacer lo mismo o más".
4. LA PIEDRA DEL POZO
(Lauretta). Tras comprobar que viene de casa de su amante, Tofano impide la
entrada en casa de su esposa Ghita. Ella le ruega y finalmente amenaza con
echarse a un pozo si no abre, pero lo que hace es arrojar una pieza a las aguas
para que crea que se ha tirado y luego hace creer al vecindario que el infiel
es él.
5. EL CELOSO CONFESOR
(Fiammetta). Un marido toma el lugar del confesor de la mujer y ésta, que se da
cuenta de quién es, le dice que todas las noches recibe la visita de un cura.
El marido pasa entonces las noches en la puerta esperando al ficticio cura mientras
ella hace entrar por otro lugar a su verdadero amante.
6. LOS TRES HOMBRES DE
ISABELLA (Pampinea). Cuando Isabella está acostada con su joven amante, aparece
un antipático pretendiente y, para que no se ponga agresivo, le hace pasar a la
alcoba mientras esconde al primero. Llega entonces de manera inesperada el
marido e Isabella salva la situación diciendo al pretendiente que finja que está
persiguiendo a alguien. Así lo hace delante del marido. Cuando se va, la mujer saca
a su amante y éste finge que se ha tenido que refugiar allí para librarse del
furioso ataque del otro. El marido se lo cree todo.
7. CORNUDO Y APALEADO
(Filomena). El joven Ludovico entra en la alcoba de la dama Beatrice, tal como
ambos habían planeado, pero encuentra que el marido está acostado al lado de
ella, dormido. La dama le agarra la mano para que no escape y dice al marido
que Ludovico ha tenido esa tarde la desfachatez de citarla para esa misma noche
en el patio. El marido baja a comprobarlo y los amantes aprovechan para solazarse.
Luego, siguiendo las instrucciones de Beatrice, Ludovico va al encuentro de su
amo y le da una somanta de palos simulando que cree que se trata de Beatrice y llamándole
mujer infiel e indecente. Así, aunque cornudo sin saberlo y además apaleado, el
hombre se muestra satisfecho de tener un criado y una esposa tan ejemplares.
8. EL HILO DE SISMONDA
(Neífile). El rico pero plebeyo Arriguccio descubre que su noble mujer Sismonda
duerme con un hilo de bramante atado al pie. Siguiendo el hilo, el descubre que
le sirve para comunicarse con su amante e inicia una pelea con éste en la
oscuridad, aunque el joven se escapa y la mujer se las arregla para que todos
le crean borracho.
9. EL ARBOL ENCANTADO
(Pánfilo). Sin saber cómo burlar la vigilancia del marido, una mujer se pone de
acuerdo con su amante para que simule que al subirse en un peral se ve lo que
no ocurre. Y aprovechan el momento en que el marido se sube en él para
solazarse delante de él y decir luego que es producto del encantamiento del
árbol.
10. LAS COMADRES EN EL
PURGATORIO (Dioneo). Tingoccio y Meuccio tienen el pacto de que el que primero
muera regresará a decirle a otro lo que sucede en el más allá. Tingoccio muere
y se aparece al otro diciendo que está en el purgatorio por otros pecados pero
que allí no tienen en cuenta lo de acostarse con comadres. Dioneo entrega a
Lauretta la corona y ésta dice que aunque en justa represalia, cree que debería
dedicar su reinado a las burlas que los hombres hacen de las mujeres, prefiere
que el tema sea simplemente las burlas que hacen tanto los unos como los otros.
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